
Para terminar con las novedades correspondientes a 2024, fruto de nuestro empeño en seguir mejorando la información ofrecida a través de nuestros catálogos web, os informamos de que hemos incorporado a nuestras bases de datos y publicado 1142 fo...
Normal 0 21 MicrosoftInternetExplorer4 El castillo tiene planta irregular asimilable a un pentágono, cuyos ejes miden aproximadamente 100 por 60 metros. Ocupa un espolón rocoso sobre la ribera del Ebro, defendido por acantilados naturales excepto por los lados norte y este, donde se construyó un foso defensivo para proteger la entrada, con acceso por puente levadizo y defendida por dos torres. En una de las torres se encontraba la puerta de acceso en recodo, con arco apuntado revestido de ladrillo, en la actualidad muy deteriorada. La otra torre destaca por su volumen. Presenta planta cuadrada, de unos 6 metros de lado, y gran altura. Interiormente se estructuraba en dos plantas superpuestas, cubiertas ambas por bóvedas de cañón apuntado, de las que la de la planta baja ha desaparecido. Posee dos puertas y una ventana en arco apuntado situadas en la cara que mira al interior del recinto. El muro del lado norte es el que mejor se conserva. En él se abre un portillo que lo une a la Torre del Homenaje, vigilado a su vez por un torreón rectangular. En el extremo este se eleva otro torreón pentagonal muy deteriorado. En toda su longitud está defendido por un foso artificial, desde el que se asciende hasta el portillo por escalera excavada en la roca viva. El muro sur ha desaparecido. Fue reforzado en el siglo XIV, cuando se construyó la Torre del Homenaje, situada sobre un espolón del muro oeste. Esta torre es de grandes proporciones, pero sólo conserva dos paredes de gran espesor y el arranque de una tercera. Su planta es rectangular. La obra está realizada con tapial árabe con revestimiento de ladrillo macizo hasta media altura. El acceso desde el patio de armas se hacía por una escalera adosada al muro del sur que llevaba hasta una puerta en doble arco; sobre esta pared se abren los huecos de las antiguas ventanas que miran hacia el patio, dos más grandes en la parte baja y otra que iluminaba una planta superior. En la cara contigua, que mira al patio de armas, conserva un ventanal en arco de gran tamaño y debajo un orden de tres saeteras, en la parte interior se aprecian restos de la chimenea. En el extenso patio interior quedan las ruinas de lo que pudo ser un palacio, apenas compuestas por una serie de muros informes, además de una cisterna cuadrada y algunas estancias subterráneas abovedadas de gran longitud. Están comunicadas por medio de un pasadizo con la vertiente sur.
El momento álgido de construcción de puentes en nuestra región, cuando se levantaron más y mejores obras, tuvo lugar entre los siglos XIII y XVI. Tras haber conocido en nuestro anterior podcast las circunstancias históricas que rodearon y favorecieron la eclosión de este fenómeno durante la baja Edad Media, hoy os proponemos emprender un viaje. A lo largo de antiguas rutas comerciales, cañadas trashumantes y caminos de peregrinación, recorreremos las tres provincias aragonesas, atravesaremos los puentes más interesantes y os descubriremos los más recomendables para visitar.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002